Al traspasar la barrera después de un día de malas noticias me ubiqué de manera horizontal sobre el lecho que soporta mi sentido onírico. Estaba solo cerca al abismo mi escena era bidimensional nada hay entre el cielo y la tierra.
Pareciera todo tranquilo solo el viento despeinan mi libido de pronto algo sobre natural arranca de mi la pasividad de la escena y solo entiendo cuando decido enfrentar, a esa fuerza que le hablo pero no responde con palabras solo con miedos, reclamo nuevamente mi espacio bien dentro, bien fuera de mi, la respuesta enajenable se vuelve contra mí, con fuerza desgarradora despega mi cobija y frente a mí se abre una puerta que me desafía a un frio total
Pero nada es mío, mi cuerpo no responde, no tengo fuerzas, se agotaron mis ideas y lo que siento es un sueño. Estoy consciente
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