miércoles, 24 de junio de 2009

clupable el destino

Pero no tenía solo yo la culpa, sin serlo

La culpa la tenían también sus pocos, años sus miradas inocentes de mis otras intensiones de esas oscuras de las que yo también era inocente, pero me he dado cuenta que existen casualidades que no son ruleta más bien parece una balanza que tira para lo ontológico donde los instintos pueden más que el equilibrio ese que nos hace humanos

Toda la mañana fue tranquila mi vida se reducía a causalidades llegue a casa de la familia por unas dificultades en mi camino y decidí llegar hasta su puerta estaban todos ahí reunidos solo note una sonrisa que se escurría entre el aire para ya tranco mi respiración no podía tragar tal imagen era un pecado un pecado de los que ya pago otro, antes otro.

Salude cordial bien recibido por todos los miembros pero a partir de la entrada en sus vidas ahí todo ya no era causa de su efecto

Cuando recogió los platos después de de la cena tan cordial levantando cada uno de mis exaltados instintos que subían mientras se acercaba con sus aromas de verano en flor, y se cayeron al piso al rosar sus pies con los míos volviéndose cada vez mas culpable de su inocencia

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